lunes, 16 de junio de 2008

CAPÍTULO XXI: EL NOMBRE DE LOS ASESINOS

(En capítulos anteriores: Eduardo y Marta leen la carta de Jimena y descubren que las empresas gas de Chaflers están preparadas para dispersar un gas letal del que sólo sobrevivirán los que se pinchen con las rosas. Marta, Corrales y Pedrito optan por recuperar las rosas que Ignacio guardaba en su casa. Eduardo, en cambio, decide ir a salvar a sus amigos a la fábrica de flores, donde el grupo se ha salvado del incendio pero acaba rodeado por los sectarios en la azotea. Allí Laura descubre que Mauri es el portador de la gran máscara. Chiqui Esteban le apuñala ante todos y pide auxilio a la que llama líder de la secta…)


Hacía frío. De ese frío que parece romper la piel. Laura iba enfundada en un largo abrigo negro de tela. Llevaba leotardos, unos guantes y un gorro de lana del mismo color. Su padre la cogía de la mano, casi arrastrándola por el césped del cementerio. Hacía frío. Y ese frío le congelaba las lágrimas.
- ¿Dónde está mamá? – balbuceó.
El señor Chaflers se detuvo bruscamente, se agachó y se situó ante ella.
- Ya te lo he dicho, Laurita. Mamá se ha ido para siempre.
- ¿Y cómo se llama el que se la ha llevado? – pregunto casi en protesta.
- Cáncer.
- ¿Y por qué el señor Cáncer se ha llevado a mamá?
El padre abrazó a su hija, la subió a sus espaldas y aceleró el paso para alcanzar la comitiva fúnebre. Fue un entierro sencillo y muy breve. El señor Chaflers pidió a Anacleto que vigilara a la niña y se acercó hasta un joven desconocido que había seguido la ceremonia desde lejos.
- ¿Quién es usted y qué quiere?
- Me llamo Mauricio. Usted no me conoce pero yo sí a usted. Sé lo que le ha pasado y lo lamento. Es injusto que ocurran estas cosas y que además no se encuentre al culpable.
- ¿Sabe usted quién mató a mi esposa?
- Lamentándolo mucho, no. Tengo fuentes en la policía y dudo mucho de que los encuentren. Dicen que son bandas internacionales…
- A mi esposa la mantuvieron atada durante cuatro horas y después la dejaron desangrarse… Y encima tengo que agradecer que mi hija estuviera en un campamento y no le tocara también a ella. Pero, ¿en qué clase de mundo vivimos?
- Por eso quiero hablar con usted. Estoy capacitado para decirle que existe un mundo nuevo. Y juntos podemos crearlo. Un mundo donde no tenga que preocuparse por la seguridad de su hija.
- Sólo tiene 12 años. Le he tenido que decir que su madre ha muerto de cáncer… ¿Cómo puedo ayudarle a crear ese mundo nuevo?

Laura corrió a agacharse junto a Mauri. El camarero se desangraba vertiginosamente pero todavía tuvo fuerzas para hablar. Ella le cogía la cara con las manos para tratar de tranquilizarle.
- Sólo quería un mundo nuevo para vivir tranquilos. Para que no pasara nunca más lo que le pasó a tu madre - le confesó en un hilo de voz el dueño del bar.
- ¿Puedes curar el cáncer?
- No, podía haber creado un mundo sin criminales…
Laura miró a su padre, quien lloraba desconsoladamente.
- A tu madre la mató una banda de ladrones. La retuvieron en casa y la mataron. No pude resistir ese dolor, el remordimiento de no haber estado allí para salvarla. Y me dejé convencer por esas ideas de Mauri de darte un mundo sin maldad. Pero Jimena me hizo ver que la solución no era matar a toda la humanidad. Nosotros no debemos elegir a los buenos…
- Jimena era una egoísta. Sólo ella y yo teníamos las claves de la transformación genética de las flores antídoto. Cuando se quedó embarazada, cambió de opinión. Decía que no quería que su hijo viviera en un mundo ficticio… Fue una traidora…
- ¿Por eso la mataste?

Jimena salió de una de las aulas de la Facultad de Biología. Marina e Ignacio le esperaban.
- No me veo. Cada vez me gustan menos las clases – protestó a sus amigos.
- Yo tampoco. Me arrepiento de no haberme matriculado en Periodismo. Todo porque mis padres me decían que soy un hombre ciencias.
- Lo importante es pasarlo bien en la vida. Hay que aprovechar al máximo donde estamos y disfrutarlo. ¿Por qué no nos apuntamos a algún cursillo este verano? – sugirió Marina.
- Puede ser una buena idea… - aceptó Jimena.
En ese momento otra estudiante chocó bruscamente con Ignacio. Los libros de ella cayeron al suelo y el joven le ayudó a recogerlos.
- Lo siento, ¿te has hecho daño?
- No, qué va. Me llamo Carmen. Soy compañera tuya de clase de matemáticas. Me siento justo detrás de ti...
- Encantado.
Ignacio siguió caminando sin hacerle demasiado caso. Sus dos amigas habían continuando andando sin esperarle. Una secretaria de la facultad interrumpió la conversación entras las chicas.
- Disculpa. ¿Eres Jimena María Alcollante?
- Sí, soy yo.
- La llaman por teléfono. Dice que es su hermana.
- ¿Marta?
Jimena fue a secretaría. Ignacio y Marina la acompañaron. Su preocupación aumentó cuando su amiga regresó hacia ellos envuelta en lágrimas.
- Mi madre ha fallecido esta noche. Mi hermana dice que se ha muerto de pena por mi culpa, por haberme ido de casa.

Marta y Corrales llegaron a casa de Ignacio. La joven llevaba a Pedrito en brazos. La vivienda aparecía revuelta, tal y como la habían dejado después de los incidentes. El policía encendió la luz y se asustó al ver al cuerpo inerte de Alejandro que yacía en el suelo.
- ¿Seguro que está muerto?
- Yo misma lo rematé – respondió Marta dándole varias patadas al cadáver para certificar su muerte – Lo que debemos buscar son las flores.
Pedrito se revolvió entre los brazos de su tía y comenzó a llorar. Marta decidió dejarlo en un sillón para iniciar la búsqueda sin obstáculos. Continuamente pasaba por encima del cuerpo de Alejandro. Después de varios minutos, comenzó a pensar que encontrar esas rosas no iba ser la tarea tan sencilla que esperaba.

En el cantil del muelle, Mauri esperaba a los miembros de la secta que había ido reclutando en los últimos años. Allí estaban el señor Chaflers, Jimena, Javier, Chiqui Esteban y Natalia, entre otra treintena de personas. Marina fue la última en llegar. Jimena se sorprendió al verla.
- ¡Marina! Tú también aquí… Qué de tiempo. No nos veíamos desde la facultad…
- Yo también conocí a Mauri entonces. Que tú fueras la única que terminaras el master, no te da la exclusiva…
- No sabía que tú habías sufrido una desgracia. Todos los que estamos aquí…
- Sí, todos los que estáis buscáis un mundo mejor. Partir de cero. Yo también, ¿sabes? Pero no lo busco para mí. Lo busco para mi hermana Eva. Le he hecho mucho daño y quiero que ella disfrute de esta nueva oportunidad…
- Eres muy generosa. Es bonito…
Mauri arengó a los reunidos y explicó los plazos de su plan. En apenas un año las fábricas de gas del señor Chaflers estarían listas para dispersar el veneno. La plantación de flores había comenzado. Sólo Jimena y él sabía dónde estaban las rosas y su método de utilización. Natalia tomaba notas al final de la reunión.
- Esto es un bombazo informativo – le susurró a Chiqui Esteban – ganaremos todos los premios del mundo. Dejaré de ser la invisible de mi periódico.
Pero Chiqui no le hacía caso. Sólo miraba fijamente a Jimena…

Laura lloraba de rodillas frente a Mauri, que perdía fuerzas por momentos.
- Yo no maté a Jimena. Yo la quería. La quería igual que quería al resto de los 40 que íbamos a empezar de nuevo.
- Pero, ¿y si no fuiste tú? ¿quién fue? ¿Y quién mató a la Toñi?
- ¿Y a mi hermana? ¿Quién mató a Marina? – exigió Eva indignada.
El señor Chaflers dio un paso al frente.

El viento soplaba de levante y allí, en el muelle, todavía más con más fuerza. El pelo le golpeaba con fuerza en la cara. Aquella era su tercera cita prevista en el día. Marina caminó por el dique apartándose el cabello con una mano. Le vio al fondo del cantil, justo cuando empezaba el mar.
- Aquí empezó todo, ¿no? – le recordó el hombre sin ni siquiera darse la vuelta, como si la hubiera escuchado llegar a pesar del enorme ruido que provocaba el viento.

- Sí. Pero entonces no estábamos solos.El señor Chaflers se giró y miró a la chica. Marina tragó saliva pero se esforzó en disimular su desasosiego.

- No voy a permitir que lo hagas – aseveró ella en un tono que sonó a promesa.

- Lo siento. Llegas demasiado tarde.
- ¿Por qué quieres detenerlo todo? Tú eres el que has puesto todo el dinero.
- Jimena estaba de acuerdo conmigo.
- Lo sé y lo ha pagado con su vida.
- ¿Tú sabes quién la mató?
- No, ni me importa. Jimena pensó que era libre pero desde que plantó esas flores asumió una serie de obligaciones con todos nosotros. Yo quiero darle una nueva vida a mi hermana. Y no te permitiré que lo detengas. Sé que habéis escondido las flores reales. Me lo confesó Jimena antes de morir. ¿Dónde están las rosas verdaderas?
- Nunca lo sabrás.
- Mataré a tu hija si no me lo dices.
- No puedes hacerlo. Es una de las elegidas.
- Hace mucho tiempo que me dan igual los elegidos…
- No te atreverás a ponerle una mano encima a mi hija.
- No sabes de lo que soy capaz…
Marina se alejó. El eco de los tacones resonó en el atardecer de aquel muelle.

En la azotea de la fábrica de flores, la confesión del señor Chaflers sobrecogió a muchos.
- ¡Mataste a mi hermana! – rompió a llorar Eva.
- Tú, no, papá…. Eres un asesino…
- Me dijo que te iba a matar. Así que acudí a la fiesta del bar y le clavé el cuchillo. Pensé que así la policía vincularía los crímenes. Sólo lo hice por salvarte la vida, Laura.
- Usted se cree que la policía es tonta. Pero yo tenía muy claro que esas muertes estaban causadas por distintos criminales – aseguró la comisaria.
- Por favor. No tenías ni idea de nada. O si no… dime, ¿y quién mató a a Jimena y a la Toñi? – le retó Javier.
- Fue… ¡Ésa! La de la capucha. Que se descubra y veremos la cara de la asesina – aventuró Alejandra.
La chica que estaba junto a Chiqui Esteban se descubrió el rostro.
- ¡Natalia! – exclamó Eva.
- ¡Y parecía una mosquita muerta! – se indignó Libertad.
- Yo no soy una asesina – se defendió ella – Nunca he matado a nadie.
- Eso tendrás que demostrarlo, bonita – avisó la comisaria.
- Ella es la líder de nuestra secta – protestaron algunos miembros de la secta bajo sus capuchas – Ella debe guiarnos hasta las flores.
- Yo os guiaré. ¡Seguidme! – exclamó Natalia intentando escabullirse de la azotea. Fue entonces cuando oyó el disparo. La puntería del tirador remató a Mauri. Laura se abrazó a su padre mientras los demás trataban de encontrar un escondrijo. Eva izó la cabeza para descubrir quién disparaba…

Jimena entró en La Salamanquesa. Había muchísima clientela. Quería hablar con Mauri, decirle que se iba, que nada de lo que le dijera le haría dar marcha atrás. Quería contarle que el señor Chaflers no quería explotar sus fábricas y que el padre de su hijo era Chiqui Esteban, quien también estaba de su lado en la decisión de dar marcha atrás en sus intenciones de crear un mundo nuevo. Pero el camarero estaba tan atareado que sólo le mandó un saludo desde lejos.
- Tienes toa la cara de una magdalena.
- ¡Toñi! No sabías que tenías actuación.
- Sí. Ya he cantado Yo soy esa, en la versión que se la pone a to el mundo tiesa.
- Ésa es muy bonita. Toñi. He de irme. Dile a Mauri que he intentado a hablar con él pero que me ha sido imposible. Mañana emprendo un viaje y quería despedirme de él. Dile que me llame.
- Se lo diré, guapa.
Jimena le dio un beso y se despidió. La Toñi iba a entrar en su camerino cuando de la barra vio levantarse a una joven que siguió el camino de Jimena. Le extrañó la rapidez con la que trató de abandonar el bar.
- Otra que se van sin pagar – pensó. Pero justo cuando cruzaba la puerta se le abrió el abrigo y un enorme cuchillo se asomó de uno de sus bolsillos interiores. La Toñi se estremeció y ambas cruzaron miradas de recelo. La cantante supo que algo horrible iba a ocurrir pero los ojos de aquella chica la dejaron inmóvil.
Jimena comenzó a andar y no tardó en darse cuenta que la seguían. Corrió durante un largo tiempo hasta que se rindió. Supo que iba morir al verle los ojos. Aunque no le dio tiempo a pensar demasiado. Estaba tan cansada de correr, que cuando cayó sobre el suelo mojado de aquel portal, casi se dio por vencida. Le miró a la cara antes de que le clavara el cuchillo. Se estremeció, aunque fingió templanza. Se mantuvo así hasta que pudo. Lo peor es que su asesina tampoco dejó de mirarla a los ojos en ningún momento.
- No me quitarás a mi hombre – le susurró Carmen a una Jimena que ya entonces estaba muerta. Días después Carmen regresó a La Salamanquesa, tras descubrir que La Toñi, a la que había mirado fijamente antes de salir del bar, sabía de su existencia y podría identificarla ante la policía o la prensa.

- ¡Es Carmen! – gritó Eva.
- Por supuesto que soy yo.
- Pero, ¡tú estabas en coma! - se extrañó Chiqui.
- El señor Chaflers y tú me intentastéis matar. Me sorprendistéis en la fábrica de flores cuando urdiais vuestro plan para boicotear las intenciones de la secta. Pero yo soy más lista que todos vosotros. He aguantado mucho para llegar aquí. Lo que no sabéis es que esa Natalia no es ni mucho menos una líder. ¡Es una falsa! Es una periodista que sólo trata de llevarse la exclusiva para La verdad.
Algunos miembros de la secta reaccionaron son gritos broncos y comentarios confusos. Libertad se quedó boquiabierta. Carmen continuó su proclama.
- Venga, díselo, Natalia. Me lo confesó el otro día mientras se creía que yo seguía en coma. Y ahora que he salido también he descubierto que las flores que creéis que os salvarán no están aquí. Las guardaron Jimena y Chaflers antes que ella muriera. Se lo escuché decir a Chaflers por teléfono a Chiqui. Eso fue antes de que matara a su mayordomo.
- ¡Por eso Chaflers entró en el invernadero de Jimena! ¡Para hacer el cambiazo! - concluyó Eva.
- Y Chiqui Esteban lo sabía todo menos el paradero de las verdaderas rosas... -añadió Carmen.
Los encapuchados, completamente rotos de ira, aislaron en un circulo a Natalia, Chiqui, Chaflers y a Laura, quien se agarró a su padre a toda costa.
- ¡Dónde están las flores! - exigieron.
- Las flores no harán falta si nadie aprieta el botón rojo...
- ¿Esto es lo que buscas? - Carmen llevaba un detonador con un enorme pulsador colorado - Tengo entendido que si lo aprieto se activarán las bombas y estallarán en dos horas.
- Pero, ¿tú cómo sabes tantas cosas? - se indignó Chiqui.
- Cuando me descubriste en la fábrica de flores, me hice la desmayada. Entonces estabas reunido con Chaflers. Así supe de todos vuestros planes y de su traición a la secta. Al mismo tiempo me di cuenta que eso que buscáis es lo que yo siempre he querido. Un mundo nuevo donde empezar de cero con Ignacio...
- ¿Todo esto es por Ignacio? - le preguntó Eva.
- Desde que le conocí un día en el autobús no he dejado de pensar en él. Me matriculé en Biología para estar con él. Estudié Periodismo para estar con él. Entré en El madrugador para estar con él. Mi vida es él. Todos los días me apostaba en la puerta de su casa para verle. El día que descubrí que Jimena le había entregado a su hijo no se lo perdoné. Pensé que el niño era de Ignacio y decidí matarla. Yo llevo compartiendo mi vida con él todos estos años. Y estoy a punto de ver cumplido mi sueño. Un mundo nuevo sólo para nosotros dos.
- Ignacio ha muerto - Eduardo acababa de entrar en la azotea de la fábrica de flores. El anuncio provocó un silencio.
- Eso no puede ser - dudó Carmen.
- Le ha disparado Alejandro. Acabo de venir del hospital. Ha muerto. Has hecho todo esto por nada.
Carmen no lloró. Sólo miró al horizonte y pulsó el botón rojo. Chaflers lanzó un grito de horror.

En casa de Ignacio, Marta rebuscaba en uno de los últimos cajones que quedaban por ver. Corrales seguía centrado en la cocina. Tras revisar todas las alacenas se sintió ridículo al descubrir, encima de la nevera, una enorme caja de cartón. La cogió y descubrió en su interior dos flores. Sonrió pero enseguida se le heló el gesto. Marta dejó de oir a Corrales rastreando y supuso que el chico había completado la búsqueda.
- ¿Has encontrado algo? - le preguntó ella.
Corrales apareció con la caja en el salón. Marta le apuntaba ya con su pistola.
- Lo traías pensado desde el hospital, ¿no? Sabías que sólo había dos flores. ¿Por qué no me mataste antes?
- Cuatro ojos buscan mejor que dos. Lo siento, Corrales. Pero tengo que salvarnos a mi sobrino y a mí. Ya no puedo volver a depender de un hombre.
- ¿Me vas a matar por una rosa?
- Es una cuestión de supervivencia. Ya me has demostrado de sobra que no mereces mi confianza. No quiero dispararte. Sólo dame esas flores.
- Si me pinchara, ya no serviría para vosotros.
- He sido rápida en aprender a manejar la pistola. No te daré tiempo si quiera a intentarlo. Dame la caja.
Corrales dudó mientras Marta quitaba el seguro al arma. Todo ocurrió muy deprisa. Alejandro, que yacía en el suelo, despertó de golpe y comenzó a disparar . Las balas se dirigieron sin precisión al sillón donde la chica había dejado a Pedrito. Las miles de plumas que rellenaban el asiento se dispersaron por toda la habitación. Marta se giró para volver a descargar su pistola contra Alejandro. El hombre cayó pero antes una de sus balas impactó contra la que había sido su novia. Le llegó directamente al cuello. Marta trató de taponarse la herida pero era insuficiente para contener la sangre. Cuando se giró, Corrales estaba pinchándose con una de las flores. Antes de caer sobre el suelo, la joven disparó contra él. El policía cayó de espaldas entre una nube de plumas que volaban por toda la habitación. La caja saltó por los aires y la rosa que quedaba en su interior también sobrevoló la estancia. Fue a caer justo encima de Pedrito. El niño, entusiasmado por aquella lluvia blanca de plumas, comenzó a llorar asustado. Sentía un dolor inmenso en un brazo, el lugar exacto donde se la había clavado una de las espinas de la flor...

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios mío, ¡Qué fueeerrrrte!
Brava! ¡Brava!
ole ole y ole qué peaso de capítulo y de novela!

Anónimo dijo...

Esto merece una lectura más larga. Yo alucino con la imaginación de este chiquillo, qué peazo novelista se ha perdido el mundo. Aún estamos a tiempo. Propongo aquí, para que todos presionemos al autor, que cuelgue su obra en www.bubok.com. Es una web donde la gente cuelga sus libros, esos que ninguna editorial quiere... Bueno, ya os lo contaré que aquí es tontería

Qué liaso tengo, me lo voy a tener que leer todo otra vez. Qué fuerte Carmen, será guarrona. Todo por un hombre. Si Ignacio ni lo lee!! Si no te quiere!! Y al Chaflers ya le vale, mi hermanita, cuántos meneos de cadera y melenazos al viento se ha perdido el mundo por su culpa...

Pero lo de Alejandro no se lo cree nadie, Pedrito. Y hablando de Pedrito, qué buena esta parte del resumen: "Marta, Corrales y Pedrito optan por recuperar las rosas que Ignacio guardaba en su casa..." El Autor ya no sabe cómo protagonizar su propia obra. Si el Pedrito es un bebé, cómo va a optar por nada ni a tomar decisiones!!! Cuánto egocentrismo mal focalizado veo yo en esta obra...

Muy bueno el final con la pluma pluma gay por ahí pululando. Enhorabuena, Autor.

Anónimo dijo...

No te lo crees ni tú señor autor. Vaya final más rocambolesco para salvar tu vida.... una rosa por el aire que cae y te pincha... Eso es como decir que yo vi en un bar a Paula Vázquez, me tropecé con un escalón, di a parar contra su espalda, se la clavé (sin querer), le gustó y desde entonces somos novios..... 'Tesquí ya'

Espero que la rosa esté contaminada por un escape de gas butano que hubo en casa de Jimena y mueras también... Y este deseo no es por yo ser un malo malísimo, sino porque eres un surrealista para salvar tu vida.

Anónimo dijo...

Alejandro no tenía un tiro en la frente de Marta desde hacía unos capítulos?
Después de los nuevos disparos, estará realmente muerto?

Pedro, la verdad es que resulta lamentable ese argumento para salvarte. Además, nadie sabe que estás ahí y por mucho que te salves del gas letal... el bebé tendría que aprender a cocinar para sobrevivir

Carmen Álvarez dijo...

Hahahahahahhahahahahaha (risa malévola). La hora de mi venganza ha llegado... hahahahahahhahaha. Creías q era unamoskita erta? con mi HOMBRE que nadie se meta? XDDDDDDDDDDDDDDDD me encanta, me encanta, las horas de coma han merecido la pena...espero q como solo qdan dos horas de mundo montemos una orgía y folle un rato... para cmpensar el tiempo perdido XDDDDDDDDDDD
pero vamos, el ignacio ese no era digno de mi amor....con lo estupenda q soy yo y el sin fijarse nunca en mi..pa exarlo!
buenisima la salvacion de pedrito!

Anónimo dijo...

Oye, y Román?

Anónimo dijo...

La de antes era yo. Que me ha llamao un locati y me he liao...

Y Román? Se le ha quemao el calzoncillo de felpa?

Eduardo Ruiz. dijo...

Qué barbaridad! los de las esquelas no dan abasto. Vaya despliegue de asesinatos, conjuras y morticidios.
Totalmnete de acuerdo em que la salvación de Pedrito es una pasada ¡vaya morro que tiene el autor! se ha salvado con to el arte, es que veo esa rosa cayendo a cámara lenta.

Alejandra Muñoz dijo...

En cualquier culebrón que se precie debe haber un resucitado, al menos, y este no iba a ser menos. Los que han muerto pueden mantener sus esperanzas, no?

Por cierto, Eduardo ha dado en la clave. En el Madrugador y La Verdad nadie trabaja porque las páginas las llenan con las esquelas de to los muertos que hay cada día y ya no queda sitio pa las noticias.

Anónimo dijo...

Peaso novela!! Al fin el flashback más esperado!!! Ya te dije yo, hermanita, que todo lo hacía por tí. Si es que al final soy un trozo de pan (con tacones). Por cierto, que lo de matar a la chaflers era coña, eh? Ah! y que me sumo a la observación referente a la supervivencia del engrendo enano con más pinchazos que un drogata pero sin nadie que le dé el pechito...
Un diez para la naturaleza amorosa del movil de Carmen como asesina de Jimena. Si al final todo es por amor!!!
Por cierto, a Román no se lo habrá cargao Eduardo a la vuelta del hospital también por amor (pero a Eva), no?

Anónimo dijo...

Desde luego que vaya forma de salvar la vida al bebé, yo contenta porque él se salva y pq con el precedente de Alejandro, un tiro en la cabeza, yo tb puedo sobrevivir con otro en el cuello.
Al final, la novela de los zombis o de los luxados por disparos!! jajaja

Yo tb me prergunto dónde está Román.... se quemó??

Anónimo dijo...

Todos son críticas y despropósitos.

La salvación de Pedrito está argumentada por un cúmulo de situaciones que permite, bajo contrastadas leyes físicas, que todo lo que se narra sea completamente posible.

La ausencia de Román (nunca un personaje había sido tan demandado) no es tal. Recuerdo que se encuentra en la azotea con to quisqui. Vamos a ver si leemos la sección "En capítulos anteriores" que para algo la hago.

La ola de rechazo a este episodio me ha dejado en un fuerte shock. Como se nota que Corrales está en Zaragoza. Él era el único que me apoyaba públicamente (aunque sé que por ahí me iba poniendo verde...)

Qué frío es Internet que no permite que los textos que escribo se emborronen con mis lágrimas...

(a partir de ahora es cuando toda la gente en masa empieza a enviar mensajes de apoyo para animarme)

Anónimo dijo...

Anda yaaaaaa!!!!

Anónimo dijo...

Mira, hermanita, tú dices que quieres salvarme la vida, pero yo lo único que veo es que tú quieres darle el pechito a Pedrito...

Anónimo dijo...

La verdad es que la hermana generosa y asesinada me ha dado un buen final. Ese bebé al que se alguien salva para darle el pechito...

Eduardo Ruiz. dijo...

Corrales ¿te ha tragado el Ebro? Manifiestate, el autor te necesita.

Anónimo dijo...

Pedro, tú pretendías matar a Marta y salvar a Corrales para que cuidara de Pedrito (salvado del gas de una manera que no te la crees ni tú) pa que fuera curtiéndose en esto de los bebés.
Mira Pedro, internet hay en tós lados y Corrales no se ha dignado a defenderte, estará leyendo la novela de alún maño.

Marina, no te guardo rencor porque intentaras matarme. donde te ha puesto mi padre ya no me puedes hacer nada. Va a ser el cabrón del Pedro el que me quite del medio.

Una duda. ¿Qué pasa ahora con La Salamanquesa? ¿se lo queda el Estado?, ¿harán un museo de los horrores para el 2012???

Anónimo dijo...

Pero que mala es la envidia fraternal! Incluso después de enterarte de que dí mi vida por salvar la tuya... (cara de indignada).
En fin, que me parece que el final del pechito es, sin duda, el más sano y esperanzador de todos los posibles, así que animo al autor a que lo adopte si así lo cree preciso para poner un broche de oro a una trama tan trabajada.

Anónimo dijo...

Lo del pechito me está tocando a mí ya el... el...

...el...


EL CLÍTORIS!!


No es que yo mezcle realidad y ficción. Es que a ver si a alguien se le va a ocurrir llevar esto a la pantalla grande y me niego a que Marina le dé el pechito a Pedrito!! Ya sé que mi hermanita la mártir está muerta. Pero como el autor resucita a la peña que da gusto, pues no me fio.

Pedro... ya hablaremos tú y yo en casa.

Jorge dijo...

Holaaaaaa mañoooooooos!!!!
Por fin!!! pedazo de novela, creo que este es el mejor de todos los cápitulos aunque el Corrales sea un tío muy egoista y haya pasado de todos y se pinche antes que nadie! La verdad hay que leersela un par de veces porque hay tantos datos que por la virgen del pilar uno no se entera!
Espi sigues mejorandote despues de este cápitulo le echas la pata James Patterson, eres el mejor Espi !!

Bueno chicos me tengo que ir por lo demás deciros que se hecha de menos cadiz! aquí la gente es buena pero con su humor como en todas partes, un abrazo para todos!! y animaros a venir por la expo, ya os anuncio que el día 2 de julio se inaugura la expo de EFE en unicaja, Ala Pues!

Anónimo dijo...

Ya tenemos lectores internacionales gracias a Corrales, que nos lee desde Zaragoza. Que arte.

Y encima el tio cogiendo el acento.

Que pena que su vida haya quedado sesgada porque el personaje hubiese dado mucho juego hablando maño...

Corrales sigue siendo el único que habla del autor como corresponde...

Carmen Álvarez dijo...

también tienes lectores desde madrid (y desde alemania cuando se van de viaje)....